Primer desengaño: La motivación no es magia, es práctica.
La motivación no es algo que aparece por arte de magia. Es algo que se cultiva, que se entrena, que se construye en el día a día. Lo sé, porque yo también he estado ahí.
Si esperas despertarte cada día con ganas de comerte el mundo… tengo una noticia para ti:
No funciona así.
Hay días en los que no quieres hacer nada, en los que todo pesa y donde hasta lo más simple parece un desafío. Pero llegarás a entender (como lo hice yo), que esperar a estar motivada para actuar es un error. Primero actúas, luego llega la motivación.
Lo siento pero no te voy a dar una fórmula mágica.
(Ojalá la tuviera).
Lo que sí te daré son herramientas simples y realistas que puedes aplicar hoy mismo para construir esa motivación que tanto buscas. Vamos paso a paso, sin presión, sin prisas. Porque cada pequeño avance suma.
El gran error de la motivación
Te han hecho creer toda la vida, que la motivación viene antes de hacer algo.
Que necesitas ganas para empezar a moverte.
Pero es justo al revés.
(Por eso, este post se llama "primer desengaño.")
Piénsalo:
¿Cuántas veces has evitado algo porque te daba pereza, pero cuando por fin empezaste, te enganchaste y terminaste con más energía de la que creías?
👉 Aquí está el truco: cuando das el primer paso, por pequeño que sea, tu mente entra en modo "ok, estamos haciendo algo", y te sientes más motivado para seguir.
Cómo aplicarlo en tu día a día
- Prueba la "Regla de los 5 minutos". Si algo te cuesta, hazlo solo por 5 minutos. Si después quieres seguir, genial. Si no, al menos habrás avanzado un poco.
- Empieza con lo más fácil. Si no te apetece hacer ejercicio, ponte la ropa de deporte. Si no quieres escribir, abre la libreta y escribe una frase. El primer paso crea impulso.
- Celebra cada pequeño avance. No esperes grandes cambios para sentirte bien. Cada mini logro suma.
💡 Recuerda: No necesitas motivación para actuar. Necesitas actuar para sentirte motivado.
Pequeños hábitos, grandes cambios
No esperes una gran transformación de la noche a la mañana.
La clave está en lo que haces cada día, no en lo que haces de vez en cuando.
Yo solía empezar mil cosas con mucho entusiasmo, pero las dejaba rápido porque no veía resultados inmediatos.
Hasta que lo entendí.
Lo pequeño y constante vence a lo grande e inconstante.
Hábitos que construyen motivación
✔ Fija una intención cada mañana. No una lista infinita de tareas, sino una cosa importante que harás hoy.
✔ Dedica 10 minutos diarios a algo que disfrutes. Puede ser leer, escribir, pintar, meditar… Algo que te conecte contigo.
✔ Cierra el día con gratitud. Antes de dormir, anota tres cosas buenas del día, aunque haya sido difícil.
👉 Ejercicio: Elige un hábito sencillo y hazlo durante 7 días. Algo como “beber más agua” o “dar un paseo de 5 minutos”. Lo importante es empezar y hacerlo fácil.
💡 Recuerda: Un hábito pequeño puede generar un cambio enorme con el tiempo. Empieza con algo sencillo.
Cambia tu diálogo interno
Lo que te dices a ti mismo tiene más poder del que crees.
Si todo el tiempo te repites “soy un desastre”, “no sirvo para esto”, “seguro fallo”, ¿Cómo esperas sentirte motivado?
🧠 Piensa en esto: ¿cómo tratarías a un amigo que lo está pasando mal? ¿Le dirías cosas como “eres un desastre” o “nunca vas a lograrlo”? Seguramente no. Entonces, ¿por qué hablarte así a ti mismo?
Aquí no se trata de autoengañarte con frases exageradamente positivas (“soy el mejor del mundo” cuando no lo crees), sino de ajustar el enfoque y ser más justo contigo.
Tu mente cree lo que le repites con frecuencia. Así que, si quieres más motivación:
Cómo cambiar tu diálogo interno
🧠 Detecta las frases negativas. Durante un día, lleva un registro mental (o escríbelo si prefieres) de los pensamientos negativos que te dices. Cuando los veas escritos, entenderás lo frecuente que es este hábito.
💡 Reformula los pensamientos. No necesitas cambiar radicalmente lo que piensas, solo reformularlo de forma más constructiva.
- En lugar de “Nunca consigo nada”, prueba con “Estoy aprendiendo y mejorando”.
- En vez de “Siempre fallo”, di “A veces fallo, pero eso forma parte del proceso”.
📢 Crea un mantra motivador. Algo corto, poderoso y que resuene contigo. Por ejemplo:
- “Tengo el poder de mejorar cada día”
- “Puedo con esto, aunque me cueste”
- “Me permito aprender sin presionarme”
🔄 Practica todos los días. No cambiarás tu forma de pensar de la noche a la mañana. Pero cada vez que reemplazas un pensamiento negativo por uno más amable y realista, le estás enseñando a tu mente a ver las cosas de otra manera.
💡 Recuerda: No tienes que ser perfecto ni positivo todo el tiempo. Pero sí puedes ser más consciente de cómo te hablas. Porque lo que te dices hoy, define cómo actúas mañana.
La energía importa
No es magia ni suerte. La energía con la que vives cada día depende de cómo te cuidas, con quién te rodeas y qué eliges hacer.
Si sueles sentirte apagado, sin ganas o estancado, no significa que seas flojo ni que te falte motivación. Puede que tu entorno y tus hábitos estén drenando tu energía sin que te des cuenta.
Aquí tienes tres factores clave que influyen más de lo que crees:
1. Las personas con las que te rodeas
Tu estado de ánimo no viene solo de lo que piensas, sino también de la gente que tienes cerca. ¿Alguna vez has hablado con alguien y después de esa conversación te has sentido agotado? Eso es energía que se va.
✔ Rodéate de personas que te sumen. Gente que te motive, te escuche y te inspire.
✔ Pon límites a quienes te drenan. No tienes que cortar de golpe, pero sí proteger tu energía.
💡 Ejercicio: Haz una lista de cinco personas con las que sueles pasar tiempo. A su lado, escribe si te hacen sentir mejor o peor. Si hay más negativos que positivos, es momento de replantearlo.
Si te apetece leer más sobre este tema, te recomiendo este libro:
2. Tu entorno y tu espacio
El lugar en el que pasas la mayor parte del tiempo afecta muchísimo tu bienestar. Un espacio caótico y desordenado te transmite caos. Un espacio limpio y armonioso te da calma.
✔ Crea un rincón de energía positiva. Puede ser tu escritorio, tu cama o un lugar donde pongas cosas que te relajen (una vela, una planta, un libro que amas).
✔ Deshazte de lo innecesario. Lo que no usas, lo que te agobia, lo que asocia recuerdos negativos.
Espacio limpio = mente despejada.
💡 Ejercicio: Dedica 10 minutos a ordenar algo hoy. No hace falta hacer una limpieza profunda, basta con mejorar una parte. Mañana sigue con otra.
3. Tu cuerpo y movimiento
El estado de tu mente está conectado a cómo tratas tu cuerpo. Si pasas el día sentado, sin moverte, con mala alimentación o poco descanso, no esperes sentirte con energía y motivado.
✔ Haz algo de movimiento cada día. No es necesario matarse en el gimnasio. Un simple paseo, estiramientos o bailar una canción ya hacen diferencia.
✔ Duerme lo suficiente. ¿Has notado cómo todo se siente más difícil cuando duermes mal? La falta de descanso roba motivación y claridad mental.
✔ Alimenta tu cuerpo con cosas que te den energía.
Más agua. Más comidas reales. Menos comida basura.
💡 Ejercicio: Añade un mini hábito energético hoy. Camina 10 minutos, toma más agua o haz tres estiramientos.
Todo suma.
Pequeños pasos, grandes cambios.
La motivación es el resultado de lo que haces cada día. Cuantas más acciones lleves a cabo, más ganas tendrás de seguir avanzando.
Pero por favor, no esperes el momento perfecto.
No esperes sentirte lleno de energía o con total seguridad antes de actuar.
Porque eso rara vez pasa.
La claridad y la motivación llegan cuando ya estás en movimiento.
Cada pequeña acción cuenta. Cada vez que cambias un pensamiento negativo por uno más amable. Cada vez que eliges moverte en lugar de quedarte en la inercia. Cada vez que tomas una decisión que te acerca a la persona que quieres ser.
Repito: Todo suma.
Así que empieza hoy, sin presiones y sin exigencias imposibles.
Da un pequeño paso. Luego otro. Celebra lo que logras.
Y cuando mires atrás, verás que todo ese esfuerzo silencioso te ha llevado más lejos de lo que imaginabas.
🚀 Solo tienes que comprometerte a mejorar un poco cada día. Porque la vida que quieres no se construye en un instante, se crea con cada elección que haces, una tras otra.
Con cariño,
Olivia.